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Herido en su orgullo por la derrota en Liga de Campeones frente al Manchester United el Valencia saltó al césped de Mestalla con ganas de reencontrarse con la senda de la victoria. Por ello, inició el encuentro volcado contra la portería del Athletic. Los ché asediaron a los leones y pasaron por encima del rival.
Fruto de ello se sucedieron las ocasiones a favor del Valencia y en una de ellas llegó el tanto de Aritz Aduriz, enchufadísimo de principio a fin. La jugada nació de las botas de Roberto Soldado, que dribló a dos rivales dentro del área, dejando en el suelo a Javi Martínez, y centró por encima de Iraizoz para que Aduriz cabeceara sin oposición.
El gol no cambió la dinámica del partido y el Valencia continuó volcado contra la portería rival, aunque no lo supo traducir en una ventaja mayor en el marcador. La imagen mostrada en el primer tiempo invitaba a prever una goleada tras el descanso, pero sucedió todo lo contrario. El esfuerzo físico de entre semana pasó factura a los ché y el peso del encuentro cambió de dueño.
Durante toda la segunda mitad el Athletic de Bilbao se convirtió en el amo y señor. El Valencia se hundió físicamente y se dejó dominar. Los leones aplicaron un fútbol físico para encerrar a los ché en su área y apretó hasta el final. Sin embargo, no logró fabricar ocasiones claras y en una contra de los locales Vicente sentenció el partido con el segundo gol ché.
Justo antes del pitido final Gabilondo recortó distancias de falta, pero los tres puntos se quedaron en Mestalla y el Valencia se mantiene una jornada más como el líder de la Liga BBVA.
Fruto de ello se sucedieron las ocasiones a favor del Valencia y en una de ellas llegó el tanto de Aritz Aduriz, enchufadísimo de principio a fin. La jugada nació de las botas de Roberto Soldado, que dribló a dos rivales dentro del área, dejando en el suelo a Javi Martínez, y centró por encima de Iraizoz para que Aduriz cabeceara sin oposición.
El gol no cambió la dinámica del partido y el Valencia continuó volcado contra la portería rival, aunque no lo supo traducir en una ventaja mayor en el marcador. La imagen mostrada en el primer tiempo invitaba a prever una goleada tras el descanso, pero sucedió todo lo contrario. El esfuerzo físico de entre semana pasó factura a los ché y el peso del encuentro cambió de dueño.
Durante toda la segunda mitad el Athletic de Bilbao se convirtió en el amo y señor. El Valencia se hundió físicamente y se dejó dominar. Los leones aplicaron un fútbol físico para encerrar a los ché en su área y apretó hasta el final. Sin embargo, no logró fabricar ocasiones claras y en una contra de los locales Vicente sentenció el partido con el segundo gol ché.
Justo antes del pitido final Gabilondo recortó distancias de falta, pero los tres puntos se quedaron en Mestalla y el Valencia se mantiene una jornada más como el líder de la Liga BBVA.
